La confirmación de que el gobernador Osvaldo Jaldo encabezará la lista de candidatos a diputado nacional por el peronismo en las elecciones de octubre generó preguntas en los tucumanos sobre su rol. ¿Asumirá en caso de resultar electo o su postulación tiene otro objetivo?

La de Jaldo se trata de una candidatura testimonial, un mecanismo cada vez más frecuente en la política argentina. Este tipo de postulación implica que la persona se presenta a una elección sin intención real de asumir el cargo en caso de ganar. 

Su objetivo principal no es ejercer la función legislativa, sino atraer votos para su frente, reforzar la lista o consolidar su popularidad, beneficiando indirectamente a otros candidatos de la misma fuerza política (el nombre más fuerte es Juan Manzur).

En la práctica, si el candidato testimonial resulta electo, renuncia o no asume, y su lugar lo ocupa automáticamente su suplente, aunque este recurso es legal, suele ser cuestionado por críticos que lo consideran una estrategia electoral más que un compromiso genuino con la función pública.

En el caso de Jaldo, su postulación testimonial buscaría reforzar la presencia del oficialismo en las urnas y garantizar un respaldo para los demás candidatos de la lista, sin que él tenga previsto ocupar efectivamente una banca en el Congreso.